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La Parábola del Sembrador: Ablandando el Corazón para Sembrar la Buena Semilla.

La Parábola del Sembrador: Cómo Ablandar tu Corazón para la Buena Semilla

Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
9 El que tiene oídos para oír, oiga

Mateo 13:1-9

En la Biblia, Jesús contó la historia de un sembrador que salió a sembrar semillas en diferentes tipos de terrenos. La parábola del sembrador es una metáfora de cómo las personas reciben y responden al mensaje del Evangelio.

A continuación, se presentan los diferentes tipos de terrenos y cómo pueden ser aplicados a nuestra vida:

El terreno duro

El terreno duro es el corazón de las personas que no están dispuestas a escuchar el mensaje del Evangelio. Estas personas tienen prejuicios y rechazan la verdad. Para ablandar este tipo de corazón, es importante orar y pedir a Dios que ablande su corazón para recibir la semilla.

El terreno rocoso

El terreno rocoso es el corazón de las personas que reciben el mensaje del Evangelio con entusiasmo, pero cuando vienen las pruebas y tribulaciones, abandonan la fe. Para evitar esto, es importante que la fe esté arraigada en una relación profunda con Dios.

El terreno espinoso

El terreno espinoso es el corazón de las personas que se distraen fácilmente por las cosas del mundo y no dan prioridad a su relación con Dios. Para ablandar este tipo de corazón, es necesario hacer una autoevaluación y reconocer qué cosas están ocupando el lugar de Dios en nuestra vida.

El terreno fértil

El terreno fértil es el corazón de las personas que reciben el mensaje del Evangelio y lo aplican en su vida diaria. Estas personas producen frutos abundantes y comparten la buena nueva con los demás. Para mantener un corazón fértil, es importante leer la Biblia y orar regularmente.

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Tener un corazón dispuesto

La parábola del sembrador nos enseña la importancia de tener un corazón dispuesto y abierto para recibir el mensaje del Evangelio. Si queremos producir frutos abundantes, debemos ablandar nuestro corazón y cultivar una relación profunda con Dios.
Por lo tanto, es esencial examinar nuestra vida y asegurarnos de que estamos cultivando un terreno fértil para la semilla de la Palabra de Dios. Debemos estar dispuestos a abandonar nuestros prejuicios y estar abiertos a lo que Dios quiere decirnos.

Debemos tener una relación profunda con Dios y permitir que Su amor y verdad transformen nuestras vidas. Al hacerlo, produciremos frutos abundantes y podremos compartir la buena nueva con los demás.

Además, es importante tener en cuenta que la parábola del sembrador también se aplica a cómo compartimos el Evangelio con los demás. Debemos estar atentos al tipo de «terreno» en el que estamos sembrando la semilla y adaptar nuestro enfoque en consecuencia.

En lugar de tratar de convencer a alguien que no está dispuesto a escuchar, podemos orar por ellos y esperar el momento adecuado para compartir la verdad. Si plantamos la semilla en un terreno fértil, podemos confiar en que Dios hará crecer esa semilla en una fe fructífera.

En resumen

La parábola del sembrador es una llamada a examinar nuestros corazones y estar dispuestos a ablandarlos para recibir la Palabra de Dios. Si cultivamos un terreno fértil y compartimos la verdad con amor y sabiduría, podemos confiar en que Dios producirá frutos abundantes en nuestras vidas y en las de aquellos a quienes alcanzamos.

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